El estado de ánimo influye en nuestro pensamiento, nuestras percepciones de la vida y en nuestras funciones diarias en general. Por eso es importante mantener siempre una actitud positiva frente a la vida. La vida a menudo se pone difícil, solitaria, llena de obstáculos y pareciera sumergirnos en un pozo triste. Necesitamos algo que nos suba el ánimo, y rápido. Pero no podemos confiarnos en el destino o en las personas solamente: la respuesta y la ayuda, por lo general, no llegará de la mano de alguien mágico, sino que debemos ir a buscarlas nosotros mismos.
Entre el yoga, la meditación, el ejercicio, la lectura, hasta un buen baño aromático, hoy en día se cuentan una gran diversidad de métodos para mejorar el estado de ánimo y para incrementar el buen sentir. Pero los expertos indican que para esto se necesita tener una actitud de cambio, sin una actitud predispuesta al cambio o al debate posterior, los efectos de una película, por ejemplo, pueden ser menores. Los expertos advierten que si bien es cierto que se pueden aconsejar ciertos títulos, no todos los libros, películas o música sirven de igual manera para todas las personas. En el caso de la música hay piezas que pueden producir efectos relajantes y otras invitan al frenesí rítmico. En el caso de la musicoterapia se trabaja a partir de un historial musical personal. En este sentido, no existen recetas musicales generales, puesto que cada persona, dependiendo de sus propias vivencias y su entorno, desarrolla cierta sensibilidad hacia diferente música y canciones.
Muchas veces la mejor opción es simplemente aceptar nuestras emociones en lugar de luchar contra ellas. Lo que sí continúa estando en nuestro control qué es lo que hacemos con eso. Intentemos lidiar con ellas de la mejor manera posible. Si no nos podemos quitar la sensación de enojo, vamos a intentar estar solos, calmarnos a mostros mismos, darnos una ducha, mirar una película, leer. Quizás la emoción siga estorbando por un rato, pero poco a poco va ir perdiendo fuerza si no la alimentamos y nos enfocamos en otras actividades.
En lugar de atacar lo negativo, vamos a intentar generar algo positivo. Busquemos actividades que despierten nuestro interés, busquemos diversión, alegría, satisfacción. Mientras más actividades o pensamientos positivos generamos, menos fuerza esas emociones negativas van teniendo.
El alimento es parte fundamental de la correcta producción de esta sustancia; una deficiente alimentación puede impedir que nos sintamos llenos de energía y animados. Has de saber que el triptófano es la sustancia responsable de los estados de felicidad y buen ánimo. Cuando esta circula en bajos contenidos por la sangre, entonces podemos llegar a sentirnos deprimidos, muy tensos, ansiosos, decaídos, etc. Nuestras neuronas necesitan triptófano para fabricar serotonina. Los hidratos de carbono facilitan la entrada de triptófano en nuestro cerebro. Por eso, no es casualidad que a media tarde sientas deseos de comer pan o galletas. Tu cuerpo pide serotonina. Lo perfecto es ingerir algún alimento rico en triptófano con algún hidrato, tipo cereales integrales.
La dopamina es otra de las sustancias que necesitan nuestras mejorar el ánimo. Se trata de un neurotransmisor ligado al movimiento físico, pero también actúa a nivel psíquico. Mejora el ánimo, el impulso sexual y la capacidad de recordar. La clave para subir los niveles de dopamina en nuestro organismo es la fenilalanina. Se trata de un aminoácido, cuya función es sintetizar la dopamina.
Algunos alimentos ricos en triptófano son: el pavo, pollo, leche, queso, pescado, huevos, tofu, soya, semillas de ajonjolí, mantequilla de maní y nueces. Estos alimentos al ser ricos en proteína, también son fuente de otros aminoácidos (AA’s), los cuales compiten con el triptófano para ingresar al cerebro. Algunas frutas que ricas en triptófano son el plátano, piña y aguacate.