La razón más frecuente de que los hombres califiquen sus matrimonios como “felices” es a menudo, que sus esposas también son sus mejores amigas.
Pero, ¿Cómo puedes ser mejor amigas de tu conyugue?
Se considerada. El cimiento de la verdadera amistad es el interés por el bienestar de la otra persona y la capacidad de demostrar cariño y aprecio. El buen trato y los gestos de cortesía, como escuchar atentamente y sin interrumpir, también cuentan. A la gente le agrada la gente que la hace sentir bien consigo misma, ese es el objetivo de la cortesía.
Cuando una amiga te hace enojar, tú puedes alejarte de ella por un tiempo, hasta que tu irritación desaparece. Pero por muy enojada que estés con tu esposo porque se olvidó de guardar en su sitio los zapatos, deberás sentarte con él a la mesa a la hora de la cena y tendrás que compartir la misma cama esa noche. Eso dificulta, aunque no impide que te muestres cortés.
Controla tus emociones. Ser madre de familia consume demasiada energía. Ser amiga de tu cónyuge también requiere de una cierta dosis de la misma. Y cuando ambos finalmente vuelven su atención hacia el otro, al final de un largo día, sus reservas de tolerancia está casi agotadas. Es probable que pienses “ es mi marido y por lo tanto puedo darme el lujo de mostrarme cansada e irritable, pues estoy segura de que no por ello dejará de amarme.”
Sin embargo, cuando te permites esa actitud irritable con tu esposo, en realidad le estás diciendo dos cosas: “me comporto así porque te tengo confianza” y “ seré tolerante también cuando te comportes así”.
Se paciente. Para ello tendrás que decidir que tu objetivo es ser tolerante y luego forzarte a lograrlo. No existe diferencia entre esto y convertirse en un buen nadador, hay que atravesar una y otra vez la piscina. En pocas palabras, debes ejercitarte en este propósito. Intenta prestar atención cuando no tengas ganas de hacerlo. Trata de medir tus palabras cuando sientas deseos de ser mordaz. Con el tiempo, te volverás en verdad más tolerante y de trato amable.
Así como una persona que está a dieta no acepta que haya golosinas en su casa, tú deberás eliminar las causas de mal humor que te dificulten alcanzar tu objetivo. Si preparar la comida todos los días te cansa y te pone de malas, intenta comprar alimentos preparados al menos una vez por semana. Si desde hace tiempo tu marido y tu no han tenido un momento para estar juntos a solas, comprométanse a pasar una noche juntos, sin nadie más, cada semana. Al preocuparte por ti y tu matrimonio, te resultará más fácil ser tolerante y la amistad con tu esposo tendrá la oportunidad de profundizarse.
Aprende el lenguaje de tu cónyuge. A pesar de que los papeles tradicionales ya no son tan rígidos como antes, los hombres todavía se definen principalmente a través de su trabajo. Al contrario de lo que suele creerse, los hombres si hablan de sus sentimientos y necesidades, pero lo hacen dentro del contexto de sus conversaciones sobre el trabajo. La esposa debe darse cuenta de que, cuando su marido habla del trabajo, quizá también esté abordando temas de mayor trascendencia.
Supongamos que tu cónyuge llega a casa contrariado y te cuenta que su jefe no le ha hecho ningún comentario sobre algún proyecto bien realizado. La causa real de su malestar puede radicar en su temor a no estar haciendo bien su trabajo. Tal vez tú te sientas tentada a interrogarlo o a confrontarlo con el verdadero problema. Pero podría resultar contraproducente: es probable que tu esposo de fin a la conversación.
Sin embargo, si permaneces abierta y demuestras apoyo e interés, puedes crear un clima emocional en el que él se sienta más dispuesto a confiarte sus sentimientos. Por otra parte, habrá ocasiones en las que su marido hable de su trabajo sin que haya ningún otro significado oculto. En este caso, insistimos, la primera regla de la amistad consiste en saber escuchar.
No compliques los problemas de tu esposo. Supongamos que la carrera de tu amiga peligra, tú, puedes ser comprensiva porque no haces tuyos sus problemas. Pero cuando algo malo le ocurre a tu pareja, también te concierne a ti. Si te angustias y bombardeas a tu marido con preguntas : ¿cómo pasó? O ¿qué vas a hacer?” tu crees manifestar interés pero lo que en verdad estás haciendo es buscar que tu esposo te tranquilice. Mientras tanto él lamentará haberte hecho su confidente.
Incluso si estás aterrorizada, lo má prudente será que frenes tus emociones. Si bien una amiga tal vez apreciaría tu expresión de sorpresa, tristeza y enojo, tu marido podría interpretar el estallido emocional como una señal de egoísmo y falta de apoyo. Cuando una mujer tiene arranques emocionales está exigiendo, de hecho, que su marido centre su atención en ella. La mujer que es en verdad la mejor amiga de su esposo entiende esto y actúa en la forma en que él lo necesita cuando tiene problemas. Se concentra en su cónyuge.