«Egoísta» Es una palabra que posee muchas connotaciones negativas. Para muchas personas significa lo mismo que ser codicioso, auto preocupado o absorto en uno mismo. Pero la verdad es que si tú no cuidas de ti mismo, no puedes esperar a que nadie más lo haga por ti. Es ilógico ¿porqué nuestra felicidad o bienestar personal sería responsabilidad de alguien más?
Muchas personas se ponen al final en la lista de personas importantes en su vida. Las madres suelen considerar a los niños, su pareja, sus padres, hermanos menores o mayores antes de pensar en sí mismas. Los padres a menudo consideran a la familia y el trabajo más importantes que ellos mismos.
Es razonable considerar las necesidades de los demás como algo importante. Los niños pequeños, por ejemplo, necesitan mucha atención, apoyo y un ambiente amoroso lleno de cuidados. Sin embargo, cuando una persona se hace cargo de sus propias necesidades es mucho más positiva, sana y equilibrada como individuo.
La clave está en la palabra equilibrio. Estas personas están haciendo cosas por las razones correctas, porque han pensado las cosas, decidido las elecciones que tienen que hacer y tomado en cuenta todos los hechos pertinentes.
Una persona tiene que sentirse satisfecha y conforme, saber que vale la pena lo que está haciendo y llegar a un acuerdo satisfactorio entre las distintas áreas de su vida. Así, por ejemplo, hacer un trabajo aburrido pero que genera una buena paga con tal de darle lo necesario su familia es un buen ejemplo de compromiso del que debe enorgullecerse y valorar sus propios esfuerzos, además estas personas son capaces de encontrar compensaciones en otros lugares o momento. Tal vez esta persona se asegura de que los fines de semana son momentos de diversión con su familia, por ejemplo.
Tenemos que reconocer la diferencia entre ser apropiadamente asertivo en lugar de ser negativamente egoístas. El lógico que logres ponerte de pie por uno mismo, esperando ser tratado adecuadamente y con respeto. Pero hay un equilibrio, otros tienen derecho a ser escuchados y tomados en cuenta también.
Algunas personas dirán que cuidar de sí mismos un asunto de buena educación. Se está quitando la carga de la responsabilidad de su bienestar a los demás. Cuidar de uno mismo significa que reconoces que cuando tienes hambre, sed, o cansancio, tus necesidades físicas requieren de un poco de atención. La mayoría de las personas acepta y encuentra razonable este comportamiento, si se tiene sed debemos ir a tomar una bebida, si tenemos hambre es necesario ir a buscar algo de comer o si se está cansado es aceptable tomarte un descanso si lo necesitas.
Esta forma de pensar debe aplicarse igualmente a las relaciones personales, tener límites y ser claro en cuanto a la forma en cómo esperas ser tratado, pidiendo las cosas que necesitas de manera adecuada. El respeto, la atención y la consideración son buenos modales que todos esperamos, no solo de los demás sino hacia los demás.
Esta consideración debe aplicarse en todas las relaciones, no sólo asociaciones emocionales. Entre miembro de la familia, como de padre e hijo, maestro y alumno, jefe y personal, proporcionando el respeto merecido y especificando límites necesarios y mutuos para un trato justo y razonable. Esto permite a una persona tener confianza, con un fuerte sentido de sí mismo y de cómo pueden prosperar en el mundo.
La confianza permite que cada uno de nosotros funcione bien en nuestra vida. Cuando niños aprendimos acerca de los límites y las buenas costumbres. Esta base nos permite crecer más, la comprensión de la importancia de tomar decisiones, haciendo cosas por las razones correctas, porque queremos, o porque hemos decidido que es lo que hay que hacer en ese momento. Esa es una buena negociación que hemos hecho con uno mismo.
Puede haber momentos en los que se te pide hacer algo que realmente no quieres hacer. A veces, luego de la evaluación de los distintos factores es que entonces podrás decidir continuar y hacerlo de todos modos. Podemos sentir que la decisión de hacer feliz a otra persona o la de ir a algún sitio en el que no estamos demasiado interesados en visitar es una elección justa porque va a complacer a nuestro amigo. Esta es una decisión razonable, basada en dar y recibir. Y, cuando nuestro amigo es feliz y se siente que hemos tomado una decisión generosa, esto beneficiará nuestras relaciones personales.
A veces la decisión de hacer algo por razones distintas a las de nuestra propia gratificación personal es correcta. Cuando tenemos claros los criterios para tomar la decisión y estamos dispuestos a continuar, entonces ten por seguro de que esa es una buena decisión. Las opciones no son siempre hacer lo que uno quiere hacer. La alegría, la satisfacción y el equilibrio en la vida a veces se basan en elegir complacer también a los demás.