Hablar para ser escuchado no es ningún pecado

Debes saber que tienes ideas brillantes y puntos de vista interesantes pero que siempre te encuentras luchando por encontrar el momento adecuado para hablar en las reuniones y discursos. Pero aún cuando has hablado, sientes que no te están tomando enserio o que tus ideas y opiniones son ignoradas. Tu jefe o tus colegas, tus amigos o quienes en general te rodean, pudieran creer que eres incapaz de hacerte escuchar o queseas competente.

Hablar en reuniones y debates es una habilidad esencial para tu desarrollo personal. Las investigaciones muestran que las personas que hablan tienen más probabilidades de ser consideradas como personas capacitadas y líderes. Tú no tienes porque sentirte menos, hablar es una habilidad que tú también puedes dominar.

1. Se dueño de tu derecho a ser escuchado
¿Cuántas veces has querido tomar la palabra usando las palabras: «Lamento interrumpir pero… » o «¿Puedo decir algo …?» ? Muchas veces, puedes querer sonar respetuoso y humilde pero para quienes te escuchan, utilizar estas frases refleja la falta de confianza y la búsqueda de aprobación para expresar tu opinión. No necesitas ninguna aprobación o que te disculpen para hablar. ¡Se dueño de tu derecho a expresarte! De hecho, aprende a “interrumpir”.
Alguna vez escuché a una persona decir “Tienes que aprender a interrumpir haz preguntas cuándo se te ocurran y no esperes a que te digan que lo hagas, no necesitas pedir permiso para hacer una pregunta”. No dejes que las dudas y los “buenos momentos” para hablar te detengan.

2. Establece credibilidad a través de tu voz
Galeno afirmaba que todo lo que sucede en la mente y en el corazón se manifiesta a través de nuestra voz, ya que es el espejo del alma. Lo cual me parece del todo cierto puesto que nuestra propia personalidad se manifiesta en las cualidades de nuestra voz, condicionando también nuestras relaciones sociales.

De alguna manera, juzgamos a los individuos no sólo por su imagen sino también por su voz. Las cualidades vocales acústicas resultan tan decisivas en las relaciones sociales y públicas que condicionan en gran medida lo que los demás piensan de nosotros, una que de estas que resulta esencial es el tono.

En primer lugar, cuando nos referimos a la voz de una persona, con frecuencia la calificamos de grave o aguda. Pero, en segundo término, se trata de una cualidad vocal muy ligada al sexo de una persona que distingue con claridad una voz grave de hombre de una voz más aguda de mujer.
Los estudios muestran que la gente asocia la credibilidad y autoridad con una voz más profunda. Una voz titubeante no ayudará en nada tu progreso profesional y tampoco es algo con lo que tengas que vivir. Busca algún profesional de la voz que te ayude a desarrollar una voz más fuerte y madura.

Hablar para ser escuchado no es ningún pecado3. Deja de hacer afirmaciones como si fueran preguntas
¿Cuándo haces una afirmación suena como si estuvieras haciendo una pregunta? Es posible que desees sonar cortés pero si tu tono se eleva en el extremo del comunicado, te hará parecer dudoso acerca de ti mismo y con ello le dices a los demás que no estás seguro de tus opiniones y que no es necesario que te tomen enserio. Esa no es la impresión que deseas conseguir cuando finalmente te decides a hablar. Debes ser más consciente de cómo terminas tus frases, deja que la gente sepa que sabes de lo que hablas y que tienes confianza en tus ideas.

4. Sustituyes palabras específicas por sin sentido

Palabras sin sentido y frases tales como «en realidad», «para ser honesto», «yo pienso», «a lo mejor me equivoco…» debilitan tus ideas y sugerencias, además de minar tu credibilidad. Se sugiere evitar su uso ya sea de forma oral o escrita, ya que disminuyen la importancia y el valor de los sustantivos y los verbos que las acompañan. Eliminarlas de tu vocabulario y reemplazarlas con palabras y frases especificas y concretas como “estoy seguro de que…” “a mí me parece que …” . Las palabras significativas y de gran alcance se expresan de una manera positiva, declarativa y asertiva. Haz cambios en la forma de expresar tus ideas y observa los cambios positivos que experimentas.

Muchas veces, queremos sonar como una persona cortés, humilde y respetuosa. Elaboramos nuestras declaraciones y frases tratando de no ofender a la gente o de no sonar arrogantes pero la verdad es que siempre habrá alguien en desacuerdo contigo. No puedes complacer a todo el mundo. Recuerda que se puede ser una persona agradable aún cuando expreses tus opiniones sin disculparte o pedir permiso para ello.