Pareciera que hoy en día no hay nada que no nos genere estrés. Las facturas al final del mes no dejan de llegar, el día jamás tendrá más horas y las responsabilidades familiares y profesionales siempre requerirán de nuestra atención. Pero puede que tengas más control en tu vida del que imaginas. De hecho, basta con darte cuenta de que tú eres quien tiene las riendas de tu vida para comenzar a manejar el estrés. El manejo del estrés se trata de mantener las cosas en orden: tus pensamientos, tus emociones, tu horario y la manera en que lidias con tus problemas.
Para comenzar, debes identificar los elementos generadores de estrés en tu vida. Para comenzar a manejar el estrés, es de suma importancia que identifiques qué lo genera. Los motivos del estrés no siempre son tan visibles y es muy fácil pasar por alto pensamientos, sentimientos o comportamientos que podrían estar generándote estrés.
Es seguro que a diario te preocupas por la fecha de entrega de algún proyecto, pero podría ser que la procrastinación sea en realidad la causa del estrés y no la fecha en sí.
Para identificar las fuentes del estrés, analizar tus hábitos, actitudes y comportamientos:
Cambios. Una cierta dosis de cambio es deseable y necesaria. Apenas esta supera nuestra capacidad de adaptación, nos encontramos en la fase negativa del estrés, es decir que ya no se encuentra asegurado nuestro equilibrio mental y físico.
Sobrecarga. La falta de tiempo, el exceso de responsabilidad, la carencia de apoyo y las expectativas exageradas contribuyen a crear este cuadro de excesiva exigencia.
Alimentación incorrecta. En caso de estrés deberíamos preocuparnos particularmente por una alimentación suficiente y equilibrada. Sin embargo, la experiencia demuestra que la presión del tiempo, la falta de interés por hacer las compras y cocinar, provoca justamente lo contrario. De este modo se genera una carencia de determinadas vitaminas y minerales, comienza a actuar él círculo vicioso y el estrés se acrecienta. No sólo es importante qué y cuándo comemos, sino también cómo comemos.
Baja autoestima. Las personas con escasa autoestima y poca seguridad en sí mismas son más propensas al estrés que las que tienen una imagen positiva y confianza en sí mismas.
Temor. El miedo no es sólo un síntoma o un signo, sino también una causa de mayor estrés. Las personas que reaccionan con mayor susceptibilidad al estrés provocado por el miedo, tienden a preocuparse innecesariamente, a evocar constantemente vivencias desagradables del pasado, a sustentar un concepto pesimista de la vida o a estar permanentemente a la espera de catástrofes.
Hasta que aceptes tu responsabilidad en cuanto a la generación o persistencia del estrés, el manejo de éste seguirá fuera de tus manos.
Muchas veces, recurrimos a métodos erróneos para manejar el estrés, tales como:
– Fumar
– Beber en exceso
– Comer de más o dejar de comer
– Abandonar actividades familiares y con los amigos
– Utilizar píldoras para dormir o laxantes
– Dormir demasiado
– Procrastiación
– Manifestando el estrés contra los demás ( cambios de humor abruptos, violencia física…)
Las causas y los síntomas de estrés pueden ser infinitos. Las causas del estrés pueden ser varios y pueden variar de persona a persona. Las causas comunes pueden ser el estrés del trabajo, relaciones, problemas de salud, algún tipo de pérdida, etc. y los síntomas más comunes son dolores de cabeza, falta de sueño, debilitamiento del sistema inmunológico.
Existen variados métodos que puedes usar para relajarte o reducir el estrés, incluyendo:
– Ejercicios de respiración profunda
– Meditación
– Relajación progresiva de los músculos
-Relajación mediante imágenes mentales
– Relajación mediante música
– Terapia psicológica, para ayudarte a reconocer y a liberar el estrés
Sólo podrás controlar e influenciar el nivel de estrés si aceptas el hecho de que la razón para sentirse estresado se encuentra dentro de ti mismo. Lidiar con el estrés sólo es posible conociendo los motivos exactos.