De acuerdo a las investigaciones, hoy en día sabemos que los pensamientos positivos pueden deshacer los efectos negativos y estresantes de las experiencias negativas. A menudo pareciera que somos una especie que sobrevive gracias a nuestra capacidad para sortear peligros. Pero esos sentimientos de alerta constante pueden ser también un peligro por sí mismos: el pensamiento negativo suele llevarse a pique nuestro buen humor, arruinar nuestras acciones e incluso nuestra salud.
Los expertos dicen que es posible aprender cómo pensar de manera más positiva. Si tomamos en cuenta lo que las investigaciones han encontrado con respecto a los beneficios de mantener una mentalidad positiva podemos destacar:
– Que las personas que son más pesimistas (en comparación con los que son más optimistas) tienen un riesgo mayor a 20% de morir poco después de los 30 años.
– Aquellas personas que se centraron más en trabajar una actitud positiva se quejaron menos de malestares físicos.
– Quieres repiten constantemente comportamientos y pensamientos negativos tienden a perjudicar su salud al igual que la actividad de su cerebro.
¿Pero cómo puedes mantener un verdadero optimismo?
Adoptar el optimismo no se trata de simplemente ignorar los lados negativos de la vida. Significa que debes enfocarte más en el lado positivo tanto como sea posible, a fin de facilitar esta práctica.
Si quieres aumentar tu optimismo, puedes comenzar por:
Escribir cómo será un futuro más optimista. Esta idea pretende reforzar tus metas y sueños, a fin de hacerlas realidad. Este ejercicio debe incluir:
-Qué cosas maravillas habrá en tu vida en el futuro. Así, estarás ayudando a tu cerebro a asimilar la idea a través de la escritura en lugar de solo imaginarla.
-La asignación de un tiempo determinado a este ejercicio. Lo ideal son 20 minutos cuatro veces por semana.
Aprender a diferenciar tus pensamientos. Distinguir los pensamientos negativos de los positivos puede sonar trillado, sin embargo, al hacer esto podrás sacar provecho tanto de uno como del otro. Pregúntate:
¿cómo me ayudó esta situación negativa a crecer?
¿Fortaleció de alguna forma mis relaciones?
¿Desarrollé nuevas habilidades gracias a esa situación?
¿Me enorgullece la manera en que manejé esta situación?
Practica la gratitud. Date cuenta y aprecia los aspectos positivos que encuentres en tu vida. Te aseguro que esto será un gran ejercicio que te ayudará a revitalizar tu estado de ánimo. Para practicar la gratitud puede:
– Escribir una carta de agradecimiento. Esto no solo te facilitará expresarte sino que deja en quien la recibe una buena impresión además de un efecto positivo con respecto a tu relación.
– Comparte las “buenas nuevas”. Las personas que suelen compartir con los demás sus progresos y logros tienden a disfrutar más de los mismos.
Evita los pensamientos negativos. Para evitar que un barco se hunda más rápido, lo lógico es deshacerse del peso extra. De la misma manera, si quieres adoptar un pensamiento más optimista, debes echar por la borda los pensamientos negativos. Para ello necesitarás:
Evitar que tu mente elija pensamientos negativos en momentos de soledad. La mente al estar libre siempre va a escoger lo más fácil y serán pensamientos negativos. Para que esto no te ocurra busca un pasatiempo que te edifique como leer buenos libros, artículos o escuchar música positiva o relajante.
Cambiar cada pensamiento negativo que llegue a tu mente por lo opuesto, o sea positivo. Es decir, en cuanto sientas esas voces destructivas en tu cabeza, analiza la negatividad de las mismas y actúa de forma opuesta.
No te infravalores, es decir, no pienses que no eres lo suficientemente valioso o capaz de realizar alguna tarea, meta o sueño.
Cuando los pensamientos negativos ronden tu mente, busca algo con qué distraerte. No sirve ir al parque o ver la televisión y estar en realidad pensando en lo de siempre. Hacemos esto para mejorar, así que hay que trabajar, es por nosotros. Si no puedes, como es muy posible, concentrarte en ninguna tarea desde el principio, entonces vamos a fortalecer esa capacidad perdida. Se puede, claro que se puede.
Vivir continuamente con pensamientos negativos y pesimistas es confinarse en una prisión edificada por uno mismo. Nuestros pensamientos y nuestros actos son los carceleros que nos condenan a una vida de mediocridad, o los redentores que nos liberan a una vida de dichas y abundancia.