Mientras que la mente activa se dedica al procesamiento intelectual de la información que llega al cerebro (razona, imagina, organiza todos los datos para darles forma de conocimiento y expresarlo en acciones concretas), la mente receptiva permanece atenta y sensible para captar nuevas informaciones. Esto quiere decir que una parte de nuestra mente está de continuo abierta a la captación de aspectos más profundos de la información existente en el mundo externo e interno, y otra parte, está ligada a la formulación ordenada de las percepciones resultantes de la experiencia y a la traducción de estas últimas en acciones y voluntades.
Practicar la meditación hace que te sientas más optimista, aumenta tu empatía, mejora tu capacidad cognitiva (memoria, atención, concentración, rendimiento académico), mejora tu autocontrol y tu autoestima, reduce el estrés, aumenta la salud física, reduce la ansiedad, la depresión, el dolor de cabeza y el dolor en general, te sientes más positivo y tolerante con los demás, te sientes más relajado pero con la mente más despierta. En definitiva, sientes una mayor serenidad y bienestar.
Mientras estás meditando se producen cambios bioquímicos y físicos en tu cuerpo, que cambian el metabolismo, la respiración, la tensión arterial, la frecuencia cardiaca y la actividad cerebral (produciéndose un aumento de las ondas alfa).
Los beneficios por cada persona son singulares, pero el balance psicológico y fisiológico es común. Se realizarán algunos de los beneficios de meditación rápidamente y otros beneficios tomarán muchos meses; no seas desanimado.
Cuando Meditar: Se recomienda que meditas dos veces al día. Los tiempos ideales para meditar son antes de desayunar y antes de cenar. (El sistema digestivo cesa frecuentemente durante la meditación. Por eso, un estómago lleno puede resultar en indigestión.) Recuerda, cualquier cosa que te ocurre está bien. Está bien dormirte o no te pones de relajar, está bien reír o llorar, está bien estar o no estar en un estado cambiado. Está bien si la mantra no sigue el ritmo del aliento como yo he sugerido, o si se va la mantra. Lo importante es que tú tengas la intención de pensar en la mantra durante tu meditación. En breve, no trates de controlarlo. Por 20 minutos, dos veces al día, simplemente existe.
A continuación, te comparto una serie de pautas posturales y del entorno en el que vas a realizar la meditación:
Comienza por sentarte cómodamente buscando una postura que te permita mantener la quietud durante al menos 20 o 30 minutos.
Los hombros deben estar relajados, y los brazos cómodamente apoyados sobre las piernas.
Coloca la cabeza equilibrada con la columna, y la barbilla apuntando suavemente hacia el pecho.
Elige un lugar agradable y si queréis también puedes encender un par de velas o prender una varita de incienso para crear un ambiente más relajado.
Dependiendo del tipo de meditación, a nuestra mente le costará más o menos trabajo alcanzar un estado meditativo.
Hay meditaciones en las que se repite un mantra, bien cantándolo en voz alta o recitándolo mentalmente. Esto mantiene “entretenida” a la mente, hasta que, a través del sonido, la mente queda hipnotizada por las frecuencias sonoras del mantra, pudiendo así nuestras ondas cerebrales alcanzar el estado de frecuencia alfa.
Por eso, para aprender a meditar, yo aconsejo empezar con mantras, ya que si empiezas desde el primer día a meditar en silencio, la mente puede tomar el control por ti y desarrollar una cantidad inimaginable de pensamientos como estos: “¿Por qué estoy aquí sentado? Me duelen las rodillas. ¿Y tengo que estar así de quieto durante diez minutos?. . .”
A todas las personas no tiene por que pasarle esto, pero es lo más habitual. No hay calificaciones ni exigencias en este terreno. No se trata de meditar bien o mal. Quien se inicia en esta práctica suele creer (desde su mente racional-crítica) que hay un modo correcto de meditar y parte de sus distracciones tienen que ver con las inseguridades que siente cuando se plantea internamente si está haciendo lo que el guía o instructor espera que haga ó cuando se pregunta mentalmente, mientras lo está haciendo, si lo estará haciendo correctamente.