A veces cuidar del grado de estrés y agotamiento en nuestras vidas nos resulta abrumador, especialmente si sentimos que tenemos muy poco control de la misma, aunque esto puede ser meramente la impresión que tenemos en nuestra mente. Sin embargo, si no cuidamos debidamente de nuestros niveles de estrés y le permitimos ganar terreno, esto puedo traer severas consecuencias tanto a la salud física y mental , como en nuestras relaciones e incluso a nuestro estado de ánimo.
Cuando nos sentimos agotados nos resulta mucho más difícil hacer algo, más aún cuando los pendientes y las responsabilidades aun no se han terminado. Es por ellos que descansar, relajarse y tener unos minutos para nosotros mismos parecieran un lujo, pero un lujo bastante necesario.
Cuando nos hacemos adultos y tenemos responsabilidades, como la de encargarnos de alguien más, esto puede traernos muchas satisfacciones. No obstante, este tipo de responsabilidades también implican mucho más estrés, cambios repentinos en la rutina, tareas del hogar, presión monetaria o financiera y la lista sigue y sigue.