Es probable que muchos de nosotros nos esforzamos por mantener un cuerpo en forma haciendo ejercicio regularmente así como una ingesta correcta de alimentos que nos ayuden a mantenernos sanos, pues es bien sabido que estos dos factores son los principales a considerar cuando se desea cuidar de uno mismo pero, ¿también prestas atención a tu mente y salud mental?
La mayoría de las personas dan por hecho que su mente está sana y piensan que ésta es capaz de cuidarse a sí misma, pero esto no es cierto. Así como con tu cuerpo, tienes que hacer el mismo esfuerzo para mantener una salud emocional.
¿Qué es exactamente esta la salud emocional?
Se trata simplemente de un estado de bienestar psicológico. Y tiene mucho que ver con lo que sientes, cómo te sientes, cómo actúas o cómo lidias con las cosas, es decir tu actitud general. La mente y el cuerpo están conectados de tal manera que un sentimiento de bienestar o enfermedad puede afectar a ambos. Por ejemplo, probablemente ya sabes cómo varias enfermedades se deben al mal estado de la mente y que estas a menudo son el resultado de la depresión, la ansiedad y el estrés.
• ¿Cuáles son las características de la salud emocional?
Para lograr una buena salud emocional debes tratar de alcanzar ciertas cualidades positivas. Empezando por la más importante, que es el entusiasmo por la vida, porque todo comienza en nuestra actitud. La construcción de relaciones gratificantes, la participación en actividades útiles, capacidad para hacer frente a situaciones adversas así como el equilibrio de todos los aspectos de la vida, la flexibilidad, la confianza, el deseo de divertirse y la alegría son otros rasgos que debes desarrollar.
• ¿Por qué es importante la resiliencia?
La resiliencia es un conjunto de atributos y habilidades para afrontar adecuadamente situaciones adversas, como factores estresantes y situaciones de dificultad e incertidumbre. Desarrollar la resiliencia supone incrementar la flexibilidad y la capacidad para adaptarse a los cambios; la resistencia y la capacidad de recuperación ante los obstáculos y contrariedades que el día a día nos plantea.
Incluso si eres emocionalmente saludable, tendrá que enfrentarte a decepciones o tener que pasar por malas experiencias, no nos equivoquemos al respecto. La única diferencia es que, con una salud emocional boyante serás capaz de hacer frente a cualquier negatividad y lo más importante… salir de ella. La salud emocional te dará la capacidad y la comprensión de cuándo mantenerte firme y cuándo ser flexible con el objetivo poder navegar con mal tiempo.
• ¿Cómo mejorar la salud emocional?
Recuerda, la salud emocional se requiere para hacer frente a tus propios sentimientos. Es importante que tengas un cierto método y la disciplina en tu vida, lo que ayudará a mantenerte en un camino positivo.
Siempre alimenta tu mente inquieta, aprendiendo y probando cosas nuevas. La mente y el cuerpo humano tienen lazos profundos con la naturaleza, de vez en cuando trata de explorar estas relaciones por el senderismo o simplemente dar un paseo en una playa. Una buena salud mental influye directamente en el bienestar del ser humano, por eso es importante que las personas realicen ejercicios mentales, para ejercitar su cerebro y obtengan un equilibrio emocional y físico.
La belleza se ve mejor a través de los ojos de un artista, ve el trabajo de artistas e incluso podrías participar en una obra de arte o una actividad creativa que disfrutes. Ocasionalmente orar o simplemente estar agradecido por lo que tienes en la vida. También ayudar a los demás siempre que puedas, te ayudará a aumentar tu autoestima. Siempre encuentra tiempo para cualquier actividad recreativa de tu elección, por los sentimientos positivos que te traerá.
Con disciplina poco a poco se va formando un hábito en nosotros, veremos con alegría la facilidad que tenemos de ser puntuales en una cita, al llegar al trabajo, sin tener que correr o apresurarnos. La verdadera creatividad y productividad nacen de la serenidad y no de la ansiedad. Para cultivar la paz en tu interior debes gobernar tu mente y pensamientos.
Hay que recordar que eres cuerpo y alma, no puedes cuidar únicamente el organismo como si fuera una máquina de tú posesión, sino que es el propio yo, inseparable e indivisible con el alma, tan es así que la salud espiritual, sexual, emocional y psicológica, repercute en la salud física y viceversa.