El desorden es algo más que basura y grandes cantidades de cosas innecesarios que se acumulan en tu casa. Si bien este tipo de desorden es un problema para muchas personas, el desorden también puede ser mental, emocional, espiritual, físico y laboral. Muchas personas que lidian con el desorden a diario no se dan cuenta de que éste tiene un efecto en ellos, a otras solo les resulta molesto, pero no son conscientes de lo negativo que puede ser el desorden para sus vidas.
Una de las consecuencias del desorden es que va a afectar a tu productividad. A menudo el desorden te distrae de lo que tienes que hacer, además de hacerte perder tiempo cuando no puedes encontrar fácilmente lo que necesitas. Invertir minutos de tu día hurgando bajo una montaña de documentos para hallar el correcto resulta cansado. Ten un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar: desígnale lugares específicos a tus materiales o herramientas de trabajo para que puedas encontrarlos de manera más rápida.
El desorden puede interferir con tu calidad de vida. Puede ser que pases demasiado tiempo pensando o preocupándote de más, logrando con esto solo sentirte triste o deprimido. Si el espacio en que vives está atascado de basura no lograrás sentirte alegre ni pleno. El entusiasmo para hacer las cosas tiene mucho que ver con estar en un ambiente limpio y organizado, de lo contrario puede disminuir hasta el punto de volverse apático por culpa del desorden. El desorden también puede afectar tu salud física. El desorden puede provocar alergias y asma. Los periódicos viejos y los cachivaches acumulan mucho polvo, el cual contiene ácaros, arácnidos microscópicos que pueden provocar ataques de alergia y asma. El polvo contiene contaminantes como plaguicidas y plomo. Además de escombrar, usa un trapo húmedo para quitar el polvo de las superficies, y limpia pisos, alfombras y muebles con una aspiradora provista de un microfiltro.
Una casa desordenada tiene un impacto negativo en la vida social. Puede llegar a sentir vergüenza de invitar a la gente a tu casa, y, a su vez, muchas personas no se sentirán cómodas estando allí. Debido a esto pudieras comenzar a evitar el contacto social e incluso comenzar a evitar a la gente con la que solías pasar más tiempo. La gente juzgará su desorden aunque se trate de su lugar de trabajo, su casa o incluso su armario. A la gente desordenada se le considera perezosa e indolente, lo que a menudo es cierto. Así que será mejor que ordenes esa casa desordenada de una vez por todas.
Una clara consecuencia del desorden es que te acarrea mucho más trabajo. Se requiere más limpieza y una considerable cantidad de tiempo extra para encontrar los artículos que necesitas.
Además, el desorden puede ser la causa por la que no te gustas a ti mismo o el lugar donde vives no te guste tanto. No apreciarás ni tendrás pleno conocimiento de las condiciones del sitio en que vives debido al desorden e incluso puedes empezar a pensar menos en ti mismo debido a la condición de tu casa.
Todo lo que necesitas es un poco de esfuerzo y la motivación para corregir el problema. Cuando el desorden se haya ido de tu casa verás casi de inmediato el efecto positivo que tendrá en toda tu vida.