La confianza en uno mismo es esa pequeña diferencia entre sentir que nada puede detenerte y entre sentirte temeroso ante cada mínimo reto. Tu percepción de ti mismo tiene un enorme impacto en como los demás te perciben. Todos nacemos con confianza en nosotros mismos, de ahí que desde muy pequeños, sin que nadie nos aliente a hacerlo aprendemos a andar solos a ponernos de pie, a jugar, etc. Pero eventualmente, la inseguridad surge por el temor de no estar a la altura o por el miedo que te produce sentirte diferente. Por ejemplo, algunas personas solteras sufren mucho al ir a una boda sin pareja. La seguridad depende de ti.
¿Qué pasa cuando la confianza desaparece de nuestro vocabulario? ¿Cuándo no tenemos confianza en nada de lo que hacemos? Pues bien, la autoconfianza es el elemento central en la vida de una persona y puede tanto destruir como construir carácter, es la base del poder de los sueños y si no hay sueños no hay metas y si no hay metas no hay crecimiento personal. A su vez, la confianza es un factor que afecta el resto de los ámbitos de nuestra vida, afecta a nuestra relación de pareja, las elecciones que haremos, los estudios, los hobbies que podríamos tener y los talentos que nos vamos a animar a desarrollar.
Por ello es que hoy voy a compartir contigo unos sencillos tips que te ayudarán a reforzar la confianza en ti mismo.
Lo primero que debemos hacer, es analizarnos a nosotros mismos y preguntarnos “ ¿Porqué me cuesta creer en mí mismo?” si es algo con lo que todos nacemos. Sucede que a veces comenzamos a dudar de nosotros mismos y en realidad esto podría tener varios motivos de tras fondo: ya sea que tenemos una imagen dañada de nosotros mismos, porque alguien alguna vez nos hizo creer que somos algo que no somos, ya sean nuestros padres, hermanos, profesores o alguien de nuestro entorno. Toda esa gama de comentarios negativos que comenzamos a recibir a temprana edad son llamadas “creencias limitantes” que son todos esos comentarios ajenos que parecieran surgir de algún rincón de nuestra memoria cada vez que nos proponemos emprender un proyecto o ir tras alguna meta.
Para recuperar la confianza perdida en ti mismo, debes ver este proceso como un “re entrenamiento” en el que te convenzas de que sí puedes hacer lo que te propones.
¿Cómo percibes los errores? Hay que cambiar primero el concepto negativo que tienes de los errores o los fracasos. Se nos ha enseñado que un error o un fracaso no tiene valor alguno, pero si lo analizas con una mentalidad más abierta, podrás darte cuenta de que los errores o fracasos son una oportunidad. Si las cosas no salieron como tu esperabas, debes verlo como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje. Si por ejemplo, no obtuviste la máxima nota en un examen, ahora tienes la oportunidad de trabajar más en las áreas o temas que se te dificultan ya que gracias a esa evaluación será mucho más claro “pulir” los desperfectos que la próxima vez sin duda serán corregidos.
Si no hay errores, no hay aprendizaje. El problema es que a veces sobre valoramos las opiniones de los demás. Otro de los consejos que te ayudarán a recuperar la confianza en ti mismo es elegir cuidadosamente las opiniones de las personas que te rodean. Con esto no me refiero a que solo debas escuchar a las personas que te digan lo que quieras escuchar sin embargo, debes tener cuidado de no prestar demasiada atención a los comentarios ajenos que no sean verdaderamente un crítica constructiva sino que por el contrario, estén cargados de sentimientos negativos y desmotivantes. Hay opiniones que tienen el poder de hacernos sentir preocupados, arrancarnos la motivación y los ánimos para ir tras lo que deseábamos alcanzar inicialmente.
De las opiniones ajenas, debes tomar solamente aquello que te sirva y eliminar lo que no. Pero ¿Cómo saber a qué cosas no debo prestarle atención? Al desechar todas esas palabras que te dejan el auto estima por el suelo. Descarta todas aquellas opiniones que no estén basadas en hechos. Si por ejemplo alguien te hace un comentario respecto a tu trabajo, pero no tiene una prueba o un hecho concreto que respalde tu opinión, entonces no hay motivo por el cual prestarle atención a ese comentario. Si por el contrario ese comentario señala algún error o desperfecto de mi trabajo, quizás puedas tomar esta observación para mejorar y reforzar ese aspecto que a los ojos de los demás, “te está fallando”.
Finalmente, Rodeándote de gente que te “eleve”. Es decir, convive con gente que te haga sentir bien, que sea tanto o más buena que tu. Al rodearte y compartir tu tiempo con personas tranquilas, alegres y satisfechas con sus vidas, te estarás ayudando a sentirte mejor y aumentar tu nivel de satisfacción con la vida.