Además de las necesidades físicas, la necesidad de seguridad y la necesidad de supervivencia de todo ser humano, dentro de las necesidades básicas del ser humano todos tenemos las necesidades psicológicas, las cuales si no se cumplen ponen en peligro nuestra capacidad de ponernos al día. Es decir, cuando estas necesidades psicológicas no se cumplen, la persona en cuestión puede perder la oportunidad de alcanzar su potencial psicológico.
Esto es importante no sólo para la persona, sino para todos sus seres queridos también. La persona psicológicamente sana se preocupa por la salud psicológica de los demás.
Lo contrario también es cierto. Esa es nuestra principal preocupación. La salud psicológica de las personas tiene un impacto dominó en la familia y en la comunidad. Todos tenemos cuatro necesidades básicas que deben satisfacerse: cada ser humano necesita ser identificado, incluido, apreciado y recordado.
1. LA NECESIDAD DE LA IDENTIFICACIÓN
La identidad es el alma de cada uno de nosotros. Todos construyen un concepto de sí mismos y está continuamente alimentado por nuestra interacción con el mundo. La manera en que los demás nos ven y nos tratan es la opinión que tienen de nuestra identidad.
Tal vez nuestra necesidad psicológica más innata es el de la identidad e identificación en nuestro mundo.
2. LA NECESIDAD DE SER INCLUIDO
Se refiere a la necesidad de incluir a otros en mis actividades y de ser incluido por ellos en las suyas. Lleva consigo un sentimiento de aceptación o de rechazo. La inclusión hace referencia a la temática de estar “dentro” o “fuera” del grupo y al grado en que se da cada una de estas realidades.
Esto recuerda los primeros momentos de vida de una persona, en los que a través de la boca va incorporando elementos del mundo circundante en su ser y a través de la confianza básica que le brinda la madre va afianzándose como integrante del mundo humano y va siendo incluido en la humanidad, como primer paso de la identidad que nace de la relación con el otro.
La necesidad de sentirse “uno más” se vive en forma conflictiva porque es una necesidad que amenaza la individualidad, el ser distinto. Una persona vive en forma estanca la inclusión tanto cuando se disuelve en el grupo y pierde la individualidad, como cuando es incapaz de pertenecer al mismo por temor a mostrarse distinto. Las dos situaciones se cierran al vínculo.
3. LA NECESIDAD DE SER APRECIADO
El afecto es una necesidad inherente al ser vivo, tanto para humanos como para animales ;De una manera inconsciente y natural desde el momento en que llegamos al mundo llevamos implícito este elemento formando parte de nuestra estructura emocional; Por ello la carencia afectiva es la que más duele, es la que nos despoja de motivación y nos llena de un vacío interior capaz de generar desequilibrios mentales y en muchos casos severos.
La soledad y el afecto van tomadas de la mano, siendo esta unión en muchos casos explosiva cuando la vida nos la impone bruscamente sobre todo si es producto de desenlaces o separaciones afectivas bien sea familiares, de pareja o de actividades de desempeño diario generando depresión, aislamiento, pérdida de la autoestima y muchos sentimientos fomentadores de daño emocional.
4. LA NECESIDAD DE SER RECORDADO
El legado es más importante para la mayoría de nosotros de lo que nos damos cuenta. La mayoría de nosotros nos damos cuenta de esto cuando consideramos a nuestros seres queridos que han partido. Buscamos lo que podemos conservar de su memoria. Estamos tristes por el hecho de que no podemos retenerlos más. La existencia es tan limitada, y, por ello, nuestro legado es cada vez más punzante.
Un gran regalo que podemos darle a otra persona es recordarlas. La más sabia de las personas entiende que su legado perdurará más allá de su existencia.
Cada persona tendrá necesidades afectivas distintas, dependiendo de las experiencias que ha vivido y la etapa de su vida en la que se encuentra. No obstante, lo que todos tenemos en común es la necesidad tanto de DAR como de RECIBIR afecto de nuestros seres queridos. En otras palabras, y citando a John Lennon y Paul McCartney, quizá “lo único que necesitamos es amor”.