El miedo puede retenerte de ir tras tus sueños, pero no debería hacerlo. Si permite que el miedo te controle, estás garantizado al fracaso. Al tener que preocuparte por las consecuencias de todas tus acciones, puede que el miedo te esté paralizando y dejas de estar dispuesto a tomar medidas para alcanzar tus sueños. Pero elegir no hacer nada es claramente un auto-sabotaje. Cuando no actuamos para evitar la posibilidad de incurrir en un fracaso, también nos negamos a nosotros mismos la oportunidad de tener éxito. Por ello debemos vivir sin miedo a soñar, mientras mayor sea la dificultad del trabajo y más riesgos comprendan, mayor es la posibilidad a hallar el éxito.
La falta de creencia o de confianza en uno mismo, trae como resultado el miedo al fracaso, y eso es lo que evita que las personas vayan tras sus sueños. Después de todo, ¿si no crees que puedes lograr tu sueño, para qué lo intentas?
El logro de tus sueños es un juego de azar.
No puedes tener éxito la primera vez que intentes algo y quizás tampoco la segunda vez. Pero mientras más veces tomes riesgos mayores serán las probabilidades de que tengas éxito; eso no sería posible si el miedo te impide actuar. Empieza a mirar a tu alrededor, para ver formas de cumplir tu sueño.
No limites tus opciones a lo obvio. Vuélvete creativo, arriésgate y haz algo diferente. Persigue tu sueño. Éste no va a aterrizar frente a ti, tienes que salir y conseguirlo.
Tal vez ya tengas pensado o al menos tengas una idea de lo que quieres lograr en la vida, pero es el miedo lo que te detiene de vivir tu sueño o alcanzar el éxito.
El auto-sabotaje es un continuo hábito condicionado y determinado por experiencias dolorosas o traumáticas en el pasado que socavan una y otra vez nuestro éxito personal, profesional o social. Es así que el nuevo fracaso nos lleva a reafirmar ese patrón, provocando una herida más profunda, menor autoestima y menor confianza en nosotros mismos. Es un acto inconsciente y aparentemente inexplicable por lo que no es sencillo notarlo. Al menos no hasta que decidimos aceptarlo, detectarlo y aplicar estrategias de salida.
Tal vez quieres publicar una novela o graduarte de la escuela de leyes. Pero a medida que comienzas a vislumbrar ese futuro, te retractas. Tener ese sueño o pensar en alcanzar dicho logro como parte del futuro es arriesgado. Prefieres elegir no considerar las posibilidades, prefieres creer en tu mala suerte. Pero si no tienes esperanzas en estas metas, te estás quedando sin un plan y sin una dirección. Tu temor se vuelve una profecía auto- cumplida. Tener un sueño y aferrarte a él puede ser una poderosa herramienta de motivación, debes permitirte imaginar cómo te sentirá firmar el acuerdo para ese libro o como te sentirás el día de la graduación.
Pero ¿Cómo evitar que tus temores te saboteen? En primer lugar es importante reconocer que sientes miedo. Al identificar exactamente a qué le tienes miedo, puedes tomar las riendas de tus sentimientos y encontrar la forma de hacerle frente a tales sentimientos.
Determina exactamente cuál es tu miedo y entonces, aunque suene contraproducente, imagina el peor de los casos. Entonces, lo más importante será la imagen de cómo responderás ante esa situación. ¿Tienes miedo de equivocarte en el trabajo y ser despedido? Podrías encontrar un nuevo empleo o comenzar tu propio negocio. ¿Tienes miedo de romper con tu pareja? Eventualmente podrías encontrar a alguien más adecuado para ti. ¿Tienes miedo de los problemas financieros? Podrías comenzar a reducir los gastos.
Al considerar cómo podrías hacer frente a cualquier situación que se presente reconocerás que incluso el peor de los casos no es realmente tan malo – provocando que le tengas menos miedo al fracaso. Cuando estés seguro de que puedes hacer frente a cualquier crisis que se presente estarás más dispuesto a tomar riesgos.