El, estrés es en principio, algo a lo que el cuerpo humano está adaptado para ayudarse a sobrevivir, sin embargo hoy en día parecía que el estrés es más bien una causa del mal funcionamiento de nuestro cerebro. El estrés se ha convertido en parte de nuestra vida diaria. Nos estresa el trabajo, la escuela, los trenes atestados de gente y conforme más nos estresamos, más dañamos nuestro cerebro y nuestro cuerpo.
Pero ¿Qué es exactamente el estrés?
El estrés es un elemento que causa una alteración de la homeostasis del cuerpo. El término homeostasis proviene del griego homoios, “lo mismo” y stasis, “permanencia”. La homeostasis es la regulación del ambiente interno de un organismo, de manera que se mantengan las condiciones adecuadas para la vida. Por ejemplo en un animal complejo, miles de millones de células están organizadas en tejidos, órganos, aparatos y sistema.
El organismo funciona de manera eficaz debido en parte, a qué mecanismos de control muy preciso conservan la homeostasis. La homeostasis es amenazada continuamente por los factores estresantes, cambios en el ambiente interno o el externo, que afectan las condiciones normales del cuerpo.
Los mecanismos homeostáticos interactúan de manera continua para controlar el estrés y mantienen el ambiente interno dentro de los límites fisiológicos que permiten la vida.
Existen diversos procesos que tienen lugar en nuestro cuerpo y mente cuando nos enfrentamos a diversos factores estresantes. En primer lugar, el cerebro envía señales que aumentan la adrenalina, los músculos de nuestro cuerpo se tensan para estar preparados a lo que está por venir, nuestros sentidos se agudizan de modo que podamos estás más alerta que un venado siendo perseguido por un depredador. El estrés es bueno cuando se trata de superar ciertas situaciones de riesgo o pelinegro, pero cuando se vuelve persistente, pueden ocurrir ciertos problemas cerebrales.
El estrés afecta nuestra corteza pre frontal (córtex prefrontal) o «Director Ejecutivo» del cerebro, cambiando así el balance de los neuro transmisores ahí presentes; Juega un papel crucial en funciones cerebrales superiores como la cognición, La corteza prefrontal es crucial en la implementación de las conductas motivadas, que son básicas para la sobrevida del individuo y de la especie. Cuando este balance se ve afectado, se vuelve casi imposible para una persona concentrarse debidamente en lo que está haciendo, recordar simplezas que no deberían ser olvidadas, organizar sus pensamientos y también adaptarse a la vida cotidiana.
Por lo tanto, el estrés innecesario daña la corteza frontal, en consecuencia la persona no puede pensar con claridad antes de actuar, sino que se guiará por instinto. Cuanto mayor sea tu exposición al estrés mayor será el riesgo para la salud de tu cerebro.
Esto se debe a que las células cerebrales (neuronas) se van dañando lentamente y algunas partes del cerebro que juegan un papel primordial en el pensamiento se reducen, mientras que la parte del cerebro que detecta peligro, se hace más grande y ordena al cerebro trabajar aún más. Estos son las señales de problemas serios y por lo tanto, hay que tratar de evitar el estrés innecesario a toda costa. Al evitar el estrés, estarás ayudando a que la actividad cerebral se equilibre y a su vez, en general se promueve la salud de tu cuerpo y tu mente.
Entonces ¿Cómo puedes evitar el estrés innecesario?
Existen numerosas opciones para ayudar a tu cuerpo a manejar el estrés y así mismo, mantenerlo a raya. Un buen ejemplo de ello es la meditación. Al meditar con frecuencia, le das tu cerebro un poco de tiempo para relajarse y mantener el equilibrio. Esos también te ayudan a tener un mejor control de tus impulsos, además de que tendrás una mejor calidad de sueño.
Otro buen método de relación es el Tai Chi, una forma de arte marcial Chino. En general, consisten en una serie de movimientos gráciles y fluidos. Si estableces un tiempo para poder realizar alguna de éstas actividades al menos tres veces por semana, estarás libre de estrés y los procesos de tu cerebro se mantendrán equilibrados.
La actividad física y los ejercicios son excelentes técnicas para manejar el estrés. Quienes disfrutan de los deportes extremos se relajan únicamente cuando la adrenalina recorre su cuerpo. Este puede ser un método muy efectivo para los más valientes.
También hay técnicas pasivas como leer, ver la televisión o escuchar música. Este tipo de técnicas para manejar el estrés son buenas para aquellas personalidades menos activas.
Ahora que sabes cómo el estrés ocasiona el mal funcionamiento del cerebro y además, sabes cómo evitarlo, no tiene caso seguir esperando. Hazte cargo de ese estrés innecesario que tienes y mantén tu cerebro sano tanto como te sea posible. Aprende a manejar el estrés de manera positiva para que tu cerebro no se vea afectado en el proceso.