La frustración puede estar más cerca de lo que imaginamos

» Todo lo que nos irrita de los demás nos puede llevar a una comprensión de nosotros mismos”. (Carl Gustav Jung)

Si nos explayáramos en la cita anterior sobre las cosas que nos irritan de los demás, así como las situaciones que nos irritan – porque a menudo son situaciones y nos personas las que nos irritan – podríamos concluir que hay algo muy personal acerca de todo lo que nos irrita.

La frustración puede estar más cerca de lo que imaginamos

La manera en que tomamos nuestras irritaciones dice mucho acerca de nuestra relación con nosotros mismos. Una persona muy irritado y de mal humor suele ser muy infeliz en su interior.

Nuestra mejor pista es nuestro estado emocional y lo racional son nuestros comportamientos. El enojo es un mecanismo de defensa que surge ante la privación y se refuerza con las experiencias de frustración cotidianas, cuando fracasa el cumplimiento de las expectativas; y es probable que el malhumorado no haya podido adaptarse a situaciones difíciles y proyecte en los demás su rabia.

Las conductas auto-destructivas, especialmente aquellas que tienen un impacto gradual en nuestra salud física, son un indicador clave de las frustraciones dentro de nosotros.

DEBEMOS TRABAJAR CON LOS SÍNTOMAS PARA DEFINIR LAS CAUSAS

Nuestros mayores obstáculos hacia la felicidad no son síntomas de nuestra infelicidad, sino motivos más arraigados en el fondo. Siempre hay un poco más que analizar. Es por eso que no tiene sentido trabajar en nuestros problemas cuando los síntomas u obstáculos internos de nuestros problemas prevalecen.

Los obstáculos internos, son barreras que se interponen en nuestro camino y nos impiden avanzar, pero como no siempre los podemos ver y aceptar, son más difíciles de superar.

Los obstáculos internos son aquellas características personales que nos impiden actuar de acuerdo a nuestros deseos, que nos limitan, no nos permiten desarrollarnos como personas y nos alejan de la felicidad y el bienestar emocional y espiritual.

Cada persona tiene sus propios obstáculos internos: Poca fuerza de voluntad, falta de motivación, poca tolerancia a la frustración, miedo al cambio, miedo al fracaso, miedo al éxito, optimismo o pesimismo, perfeccionismo o pensamientos inadecuados.

Sin embargo, nuestro defecto como humanos es negar estos indicadores y nuestro yo interior frustrado. La vida es como un rompecabezas. Cuando tienes un problema complejo primero trata de construir un marco, un sentido general de cómo quieres que esto se resuelva finalmente. Después ve cómo resolverás el problema, pieza por pieza.
La vida no tiene problemas, sino oportunidades.

Recuerda “La felicidad tiene cuatro fases: En la primera se cree firmemente en ella. La segunda es su búsqueda tenaz. En la tercera se verifica su irrealidad. Y la cuarta es la de la frustración que produce en quien no encuentra otra ilusión que la sustituya.” (José Luis Rodríguez Jiménez)