Una mentalidad efectiva es aquella que logra hacer un mejor uso de los recursos disponibles – tiempo, energía y esfuerzos – y los utiliza para crear cambios positivos en su entorno. No se trata de intentar hacerlo todo y ser todo, se trata de dar lo mejor de lo que se tiene mientras se disfruta del proceso de la vida. Es bueno saber los hábitos de la gente altamente efectiva.
Hoy en día que todos vamos escasos de tiempo, de energía y que hacemos muchos esfuerzos es muy útil saber como utilizar estos recursos de manera adecuada.
A continuación te presento unos hábitos y conductas efectivas que te ayudaran a llegar a este modo de pensar:
Disfruta y aprecia el momento presente. La felicidad es un estado mental que sólo puede ser concebido en el presente. No es un momento en el futuro o un momento del pasado, pero por desgracia, este concepto erróneo suele perjudicar a la mayoría de las personas; para la gente joven existe la creencia de que la felicidad les espera en los próximos años, mientras que la gente mayor suele creer que sus mejores momento son aquellos que han quedado atrás.
Lo cierto es que, la mayor parte de su felicidad o su miseria depende exclusivamente de su actitud frente a cada momento, independientemente de las circunstancias por las que estén atravesando. Se necesita mucho menos de lo que crees que se necesita para ser feliz, por lo general tiene mucho más que ver con lo que crees que tienes. Siempre hay algo por lo que vale la pena sonreír. Es solo cuestión de pensar un poco diferente.
Conecta tus esfuerzos externos con tus propósitos internos. La cosa más importante que puedes conocer es qué es ese algo que reamente es importante para ti. Tu propósito en la vida es encontrar tu propósito y la que le das a la misma. Como Friedrich Nietzsche dijo “Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los cómos”. Tu propósito s encontrar un porqué. Puedes lograr casi cualquier cosa que te propongas cuando tu objetivo es algo que realmente deseas. Intenta estar concentrado y trabaja con disciplina en las tareas que se conecten con lo que eres realmente. Tienes una voz única y una unidad que anhela ser expresada.
Acepta y elije grandes desafíos. Piensa en lo que deseas que se haga realidad. Hazlo con afirmaciones positivas, no negativas presta atención a los mensajes negativos que surjan, por que al identificarlos se transforman en tesoros. Es probable que algunas personas sientan reticencia a mírerse en el espejo y repetir afirmaciones, sin embargo la resistencia es el primer paso hacia el cambio. Muchos deseamos cambiar nuestra vida pero cuando se nos pide hacer algo distinto a lo que estamos acostumbrados, lo primero que pensamos es ¿ quien yo ? no me apetece hacer eso, aun sabiendo que mucha gente lo practica y les da muy buenos resultados.
Disciplínate. El orden y la disciplina contribuyen al buen funcionamiento de todo. Recuerda que no toda la disciplina es obediencia a los demás, también es un compromiso que tú mismo te impones. Por ejemplo, puedes ponerte la meta de mejorar tu desempeño en un deporte y entrenar con orden para lograrlo. Puedes ponerte la meta de guardar un poco de dinero para adquirir algo que te gusta, o evitar algún alimento que te agrada pero puede hacerte daño, como los chilitos en polvo que dan dolor de estómago. El orden y la disciplina funcionan hacia adentro cuando te entrenas para el autocontrol y sabes manejar tus deseos, tu carácter, tus emociones y las actitudes con las que respondes a lo que ocurre.
Cada vez que fallas o fracasas, en realidad lo que la situación te está proveyendo es de un aprendizaje. Es una lección de vida que tienes que analizar para mejorar tus habilidades, tus fórmulas, tus puntos de vista para la siguiente vez. Desde luego, requerirás humildad para aprender.