La imagen que proyectamos de nosotros mismos influye en todo: desde conseguir un empleo hasta casarnos. Es muy probable que la gente juzgue tu desorden, ya sea que se trate de tu lugar de trabajo y tu casa. A la gente desordenada se le considera perezosa e indolente (lo que a menudo es cierto). Así que será mejor que ordenes ese sucio escritorio de una vez por todas.
A menudo uno se encuentro con personas descontentas con su organización. Casi todas dicen y se amparan en la frase “soy un desastre total” para no intentar, ni lo más mínimo, un pequeño cambio que suponga una gran mejora. Y ésa es la clave: no hay que volver a nacer para mejorar las cosas. Basta con realizar algunos pequeños cambios.
Ser “organizado” no tiene nada que ver con ser un maniático, un robot automatizado o verse sometido por rutinas aburridas. Consiste en aprovecharte de una serie de sencillísimos y prácticos hábitos que te hacen la vida y el trabajo mejor. Por ser organizado no hay medallas pero sí grandes premios: cada día eres más eficiente, te anticipas a los problemas, te vuelcas en las cosas importantes, no te rompes la cabeza con tonterías y haces más en menos tiempo.
A continuación te presento unos cuantos tips que puedes implementar no solo para facilitarte la vida sino para evitar las tensiones innecesarias que conlleva el desastre:
1. Haz un inventario en el que puedas escribir todas tus actividades y labores, para que dividas tu tiempo. Poco a poco verás cómo aprovechas mejor cada minuto.
2. Reflexiona sobre tus problemas y en lugar de acrecentarlos, busca la manera de solucionarlos. Quizá al principio no sea tan fácil, pero luego notarás cómo disminuyen.
3. Es muy importante aprender a decir “No” para evitar excesos de compromisos u obligaciones innecesarias que a largo plazo sólo te generan estrés y cansancio excesivo.
4. Si tienes la posibilidad de delegar, hazlo tanto como sea posible. Ésta es una manera de quitarte algunas obligaciones y darte un respiro.
5. Cuando finalices cada gran proyecto, celébralo dándote un merecido descanso. Estas situaciones de estrés dejan tu cuerpo y mente muy debilitados, por lo que el cuerpo necesita reponerse para volver a funcionar correctamente.
6. Comparte más tiempo con tu familia y tus amigos que no forman parte de tu círculo de trabajo, esto es realmente bueno para renovarte y mantener la mente despejada.
7. No lleves el trabajo a casa, debido a que eso no te permite distraerte ni relajarte.
8. Concéntrate en el esfuerzo, no en los resultados, porque no siempre tu gestión será exitosa, pero lo más importante es lo mucho que trabajaste para lograrlo.
9. Si notas que tu estrés está fuera de control, considera formar parte de un grupo de apoyo y recibir ayuda profesional. Es una buena manera de desahogarse y conversar sobre lo que te está pasando.